Me fui yendo,
adelantando un poco
y otro poco.
Pensando cada vez que era el último trecho,
que ahora ya volvería.
Me fui adelantando sin sentir
de donde estaban todos.
No sé por qué ni a dónde,
ni menos todavía para qué.
Me fui yendo sin saber, sin ganas,
lento, inconstante, bobo.
Nada tenía que buscar allá.
Ni allá ni en sitio alguno (tal vez por eso)
Me fui viendo perdido,
incongruente, en medio de lo extraño.
Ya no se oía o se veía a nadie.
Comprendí de repente que era ya inencontrable.
Sollocé que el camino regresara,
pero el camino por el que he venido
no era como un camino.
Era como una historia.
No hay regreso...
El rumbo que he perdido
no era el rumbo del mundo.
Era el mundo...
Tomás Segovia
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