miércoles, 25 de julio de 2007

Hombre...



Hombre,
te amo.
Y no me refiero a nubes ni a prados de margaritas.

Hablo de amarte de prisa por la mañana
en el metro atestado
en la reuniòn multidisciplinaria de los martes
en mis neuras y pendejadas
y en las compras del supermercado al filo del cierre.

Hablo de amarte ,
hombre,
en la soledad de lo esperado
y con esa brasa ardiente entre mis manos.

Hablo del verbo que palpita en mis labios
y de las conjugaciones que saborea tu boca.

De amarte, hablo.

De mañanas luminosos
de cielos derramàndose en lluvia
de cuerpos ansiosos por las primicias del día.
De raìces entrelazadas hasta más allá de lo imposible.
De sopaipillas, mate y canela.

De eso hablo.

Hablo de perdones
reencuentros,
pezones
y de todos los panes
y todos los vinos
celebrando este amor que continùa y continúa
y le vale madre todo otro pensamiento.

Hablo de tu aroma
de tu risa con los perros
de tu voz buena
y de la alegrìa de existirnos
a pesar del cheque a fecha que es la vida.

De amarte , hablo.
Hablo de amarte hasta el fin.
Hombre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Amiga, gracias por invitarme a este lugar tan bello...gracias, muuuchas gracias. Me he deleitado leyendo tu selección y leyendote. Besos y bendiciones para tí. Cada vez con más cariño.

Traven dijo...

Este poema es maravilloso, tiene una intensidad más que envidiable y empleas imágenes perfectas y gráficas, es imposible no sentirse identificado con ese tipo de amor.