'Un día, estando Nasrudin en la casa de té, se jactaba de que podía ver perfectamente en la oscuridad. Uno de los contertulios, vecino de Nasrudin, le dijo:
- Nasrudin, te he visto muchas veces cuando sales de tu casa de noche, y siempre llevas el farol encendido, igual que hacemos los demás.
A lo que Nasrudin contestó:
- Es cierto, pero no es porque lo necesite para ver, sino que lo hago para que nadie tropiece conmigo'.
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