Nunca he sabido porque te gusta tanto el otoño, la lluvia, las hojas secas...¿tendrás alma de abril?, y ese despertarte antes del amanecer para ser testigo de como se transfiguran trinos, colores y brisa en luz, vida y cotidianeidad.
(A veces me pregunto si tienes alguna conexiòn con los pàjaros que anidan en ese árbol , inmenso, que roza tu ventana. Precisamente, minutos antes del amanecer comienzan a trinar hasta despertarte y ni siquieran huyen cuando abres tu ventana y te detienes a buscarlos entre el follaje mullido...)
Me gusta eso de ti, esa alegría de hacerte una con la naturaleza...la defensa a todo dar que has hecho de ese árbol que sube hasta tu ventana en un cuarto piso y que casi todos tus vecinos quieren cortar desde hace años. Y ahí tú, presta, casi alada en la palabra , creando estrategias para la defensa de ese
señor que te llena la ventana de verde, pàjaros y alergias...jajjaa Bueno, seguro que pa algunos de los que conjugan el verbo talar como enajenados, eres tú la loca...pero bueno, ahí vas, cuidando, regando y hablando con tu árbol, porque ya es tuyo y él lo sabe, si no por què se inclina su ramaje y lo extiende hasta rozar tu ventana?... Mira, esa es una de las cosas que me hace sentir orgullosa de ti...
Tambièn me gusta cuando, sin importar nada ni nadie, te vas por la avenida Macul, pisando las hojas secas y saboreas ese crepitar de ellas, como un canto infinito de otoño...una oda post mortem de las hojas...un concierto inconcluso...siempre inconcluso para tus pies... Y la lluvia...una caricia de Dios, la tienes atrapada en ti desde adolescente, desde cuando te venías caminando del liceo nueve, de Ñuñoa, hasta tu casa, sólo por el placer de mojarte...y tu pelo negro destilaba agua como cuando salías del mar de Pichidangui, los eneros de esos años....jajjaja
¡La cara de mamá cuando me veía!!! Corría a buscar ropa seca, me metía a la ducha caliente y luego me secaba el cabello...linda mi viejita ida!!!
Ah...la verdad, hay mil cosas de que conversar y proyectar un tiempo mejor, hay otras que haces y entiendo porque las haces, pero que presiento que nos haríamos la vida más fácil si no las hicieras...
En fin...que me gusta amanecer en la ventana, perderme en las hojas, caminar bajo la lluvia, hablar con los mendigos y que me pareciò hermoso cuando dijiste hace unos días que te gustaría morir justo al amanecer, suspendida entre trinos, follaje, colores y luz. La verdad, sería el the end preciso.
Sabes? Eso de los versos me ha hecho más intensa la vida...
Y esto de hablarte, de decirte cosas lindas me ha gustado.
Es un buen ejercicio de vida...
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