Yo te reconquisto de toda tierra y celestial altura,
porque me es cuna el bosque,
y el bosque sepultura,
porque en la tierra estoy,
con un pie sólo, uno,
porque voy a cantarte como no canto a ninguno.
Yo te reconquisto de todo tiempo y de toda espada,
de toda noche y de toda bandera dorada,
arrojaré las llaves y los mastines del umbral,
pues perro fiel soy yo en la noche terrenal.
Te reconquisto de todos los demás,
de la otra,
de la una
no seré yo esposa de ninguno,
ni serás tu esposo de ninguna,
y en la última lucha te sacaré,
no reproches, calla!,
del que en la noche estuvo con Jacob en la batalla.
Pero hasta que en tu pecho los dedos cruzar pueda
- oh maldito seas tú!-
en ti mismo te quedas,
tus dos alas dirigidas al espacio profundo,
pues el mundo es tu cuna y tu sepulcro el mundo. "
Marina Tsvetaeva