lunes, 11 de febrero de 2008

De Vallejos...


Hay golpes en la vida, tan fuertes ...
¡Yo no sé!

Golpes como del odio de Dios;
como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma...
Yo no sé!

Son pocos; pero son...
Abren zanjas obscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.

Serán talvez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.

Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... pobre!
Vuelve los ojos,
como cuando por sobre el hombro
nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos,
y todo lo vivido
se empoza,
como charco de culpa,
en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!

Vallejos
Hay golpes así...hondos, certeros, intensos, directos al latir, a la risa, a la alegría, a la esperanza...
como si de pronto, una sola piedra botara de la rama a todos los pájaros, a todas las hojas, a toda la primavera....
Hay golpes así...que terminan de pronto con la ceguera... ahí, justo a la medianoche...y uno se queda, inconclusa, sentada sobre la oscuridad, esperando por ese rayo de sol que nos ha de iluminar el nuevo día...
en fin...
hay golpes en la vida...
y como Vallejos,
¡yo no sé!
Marga

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