martes, 6 de febrero de 2007

La Pequeña Gigante...



Enero se ha vivido en forma intensa en este paìs hermoso.
Tanto en lo personal como en lo comunitario.

Un martes , la ciudad amaneciò hecha un caos.
Un feroz rinoceronte, (llegado a Chile a través de un túnel que él mismo cavó, desde el Africa hasta las minas del cobre en el Norte del país), hacía añicos autos y microbuses y los iba dejando a su paso como una huella de violencia y horror. No respetaba nada...


La imaginaciòn destada de los ciudadanos se viò colmada con la presencia de la "Pequeña Gigante", que venía en nuestro rescate.


Una niña encantadora, mágica, sin igual.... Su misiòn era capturar al animal enfurecido y asustado, digo yo, para devolverlo a su tierra de origen.

Un viernes por la mañana, ante miles de personas, despertò de us sueño y comenzó a caminar por las calles de la ciudad en busca del violento rinoceronte.

Y ahí estaba ella. Levantándose en sus más de siete metros de altura, con su delicado y sencillo vestido verde y unos ojos que te atrapaban irremediablemente en la fantasía desatada por las calles de Santiago en cada uno de sus pasos...

¡Todos fuìmos niños! ¡Todos nos maravillabamos!! ¡Todos queríamos verle y ser testigos de su presencia! En el fondo de nuestras almas, todos queríamos ser protagonistas de este cuento en el cual nos habían insertados una mañana cualquiera...

¡Fueron días hermosos donde todos volvimos a ser niños! De pronto se despertaba en nuestra alma esa imaginaciòn, esa antasía, esa necesidad de creer que la vida es mucho más que las noticias que nos muestran cada día antes de irnos a dormir...un poco de magia, un poco de fantasía y la hermosa, tierna y dulce marioneta había tomado vida y ahí estaba: frente a ´mi cámara... no pude tomar la fotografía...quedé boquiabierta contemplándola en todo su esplendor...

Como escribiò Antoine de Saint Exupery: "Todas las personas fueron niños alguna vez. Sólo que muy pocas lo recuedan..."
Yo, lo aseguro, lo recuerdo.
Fui niña otra vez, mirando, caminando, buscando a la pequeña por las calles de este Santiago lleno de smog, que arde en verano, que fue paisaje de un cuento gracias a la compañía de teatro Royal de Luxe, dentro de la agenda de "Santiago a mil", actividad donde todas las obras de Teatro estàn al alcance de casi todos...

Ya no está...recièn ahora puedo sentarme y dejar fluir lo que sentí en aquellos días...sin lugar a dudas, la Pequeña se ha quedado en la memoria de niños, jóvenes, adultos y ancianos, se ha acomodado en la memoria colectiva de nuestro pueblo y, seguro que un día, podré contarle a mis futuros nietos que vi despertar, caminar y salvarnos de ese rinoceronte asustado, a la Pequeña gigante....

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