escondiéndome tu rostro.
Y que la medialuna
mediadormida
mediasoñada
adormece mis versos negros
alguna madrugada.
Y sé que Vallejo venció la batalla
y se quedó con infinitos heraldos
y todas las tristezas
ahorcadas en otoños.
Yo sé que el barco naufraga
cuando el rumbo lo marcan las hojas heridas
de un árbol lejano.
Y sé que el canto fluye del más hondo desengaño.
Y que la palma del mendigo florece cuando se extiende
y roza tu mano.
Y que toda noche termina aunque se beba a sorbitos.
Yo sé que la vida es luz.
Y la sonrisa del dolor un misterio.
Y ningún soneto resucitó al amor de Gabriela.
Y que Borges veía y Van Gogh escuchaba los mismos sortilegios.
Yo sé que estoy viva.
Llena de semillas
Cerealesy hierbas
desde que te amo.