lunes, 13 de julio de 2009

El reyecito ese...

Este es un tema que se ha quedado en mi vida como un himno.
amo la vida, tan intensamente, que siempre los pájaros me cantan, los duendes me animan, me arrullan suenos y me amortajo en la esperanza...Vaya, ¡qué cosa!, nunca podré tolerar a quienes viven en una sociedad desechable, con personas desechables y donde todo se les traduce en producir y consumir. ¿No les entrerá una gotita de sol en el cerebro alguna vez?

Tomé once con una amiga que recientemente fue despedida. Valiosa, sincera, profesional, responsable, sólo que decidió vivir el duelo de haber perdido a su esposo y se negó a postergarse para ser s+úbditaa de su jefe (Uno de esos casos patológicos de escalamiento casi perfecto) La Belén lloraba despacito y no supe más qué hacer que tomar sus manos y tratar de venderle un rayito de sol. Hasta que lo compró, en comodas cuotas a largo plazo...(es tiempo de crisis)

Leía por ahí que un gran violinista, Joshua Bell, fue un día, vestido sencillamente, a una estación del metro de Washington y se puso a tocar las más hermosas melodías, nadie se detenía, a pesr de que sus concientos tienen un costo de entrada superior a los 500 dólares...sólo una mujer se detuvo a escucharle y le reconoció. Otras tres personas le dieron algunas monedas sin detenerse mucho.
Nada, que parece que se nos olvida el valor del otro, lo valioso del otro, el msiterio que el otro es, lo sagrado que hay en ese otro que es mucho más que apariencias. ¿Qué ha pasado con la sensibilidad?
Hay personas que denostan el sentimiento, les parece emoción primitiva, hay muchas cosas más importantes...¿Habrá algo más importante que el ser persona? ...no sé, hay personas que me recuerdan al reyecito ese del cuento del principito...reinando sobre nada e ignorando a aquellos que no querína ser súbditos... los desechables siguen viviendo...esperando, creando, llenándose la vida de sueños, pero no sueños de autos , status o viajes, si no sueños de vida, de descubrirse , de darse cuenta que no hay aventura más intensa que descubrir a un otro.

Así que, en estos casos, me nace desde el fondo, como si un círculo sagrado comenzara a abrirse dentro de mí y brotara este canto de la Rinaldi, escuchado hace tanto ya...a pesar de todo la vida es hermosa, a pesar de todas , de todas las cosas...

Por lo demás, está claro, no quiero ir de prisa, siempre quiero detenerme a escuchar a los músicos de los pasillos del metro de cualquier estación...siempre quiero vivir el encuentro con un otro...

http://www.youtube.com/watch?v=2t_eieB0D3w&NR=1

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lamentablemente creo muy posible pasar apresurado por delante de Joshua Bell, sin parar a escucharlo. Hay una vida que no queremos y nos absorve, pero no quiero olvidar la vida que si quiero y que me hace mirar a los ojos a la gente y a descubrir todo lo bello que llevan dentro.

Besos.