Abrazar a cada ser,
hacerse hermana y hermano.
Oír el cantar del pájaro en la rama.
Auscultar en todo un corazón
Que palpita en la piedra y hasta en la lama.
Saber que todo vale y nada es en vano.
Y que se puede amar incluso a quien no ama.
Llenarse de ternura y compasión.
Por el bichito que por ayuda clama.
Conversar hasta con el fiero lobo
Y convivir y besar al leproso
Y, para alegrar, hacer de bobo.
Sentirse de la pobreza el esposo.
Y derramar afecto por todo el globo:
He aquí el amor franciscano: ¡oh supremo gozo!
Leonardo Boff
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