Abrazar la tristeza.
Acogerla
Acunarla.
Llorar en su hombro.
Usar su pañuelo.
Nada de gemir al unísono
Ni andar aullando a medianoche.
Sólo cantarle despacito...
tararearle alguna melodía
Y cuando se duerma
y ya no escuche la pena
¡Puedes aullarle a cada estrella!
Puedes sollozar hasta el infinito...
Marga
( El primer martes de enero..